jueves, 2 de mayo de 2013

Solo un punto (Julio Meza Díaz)



Solo un punto
Julio Meza Díaz
Grupo Editorial Mesa Redonda

Sólo un punto es de una de esas novelas que fuerzan los límites de los géneros en los que, por comodidad, solemos encajar las ficciones. El tipo de novela que nos hace preguntarnos cuál es la frontera entre lo realista y lo fantástico.

Por que, de buenas a primeras, aparenta ser una historia más de rebeldía estudiantil. La mayor parte de la acción transcurre en un colegio privado, muy caro y prestigioso, en el cual los alumnos y profesores siguen una rutina que cae en el fascismo más estrambótico, incluyendo el famoso saludo con el brazo alzado. Hay alumnos que se acomodan a este sistema, hay otros en quienes se engendra un sano sentimiento de rebeldía, el cual desembocará en un intento de cambio, la publicación de la revista escolar Solo un punto, un panfleto de pocas páginas donde se denuncia algunas taras que aún se mantienen dentro y fuera del colegio, que deviene así en un microcosmos social en el cual se manifiestan la prepotencia, el racismo y la represión como normas de convivencia. A medida que transcurren las páginas de Sólo un punto, dentro de lo aparentemente tópico de la trama (rebeldía escolar) se introduce un tratamiento narrativo que la aleja del realismo, aunque sin caer de lleno en el ámbito de lo fantástico. Los personajes carecen de nombre, siendo designados por alguna característica. Los profesores (adultos) son aludidos como el Padre Director, la Mujer del Calzón o el Italiano Maldito. En cambio, los alumnos (menores) son el Andino Profundo (objeto de agresión y acoso por parte de todos, debido a su origen provinciano), la Buena Amiga o el Niño Bonito. Si bien el autor ha sorteado el peligro de caer en la mera alegoría, no puede dejar de percibirse cierto maniqueísmo en el tratamiento de las situaciones y personajes, lo que atenúa la el efecto de extrañeza que le da frescura y originalidad a la novela.

El escritor argentino Sergio Gaut vel Hartman, al tratar de elaborar nuevas definiciones para las ficciones inclasificables, pareciera haber descrito, sin saberlo, el proceso narrativo seguido por Julio Meza Díaz, dentro de su definición del realismo conjetural: “la idea es que leves fracturas o desplazamientos de la realidad dan lugar a situaciones especulativas que se ficcionalizan sin obedecer a las reglas del realismo (aunque sin dejar por eso de tener un pie en la "realidad") ni las de la fantasía (sin dejar de ser por eso irreales).”

Daniel Salvo

Publicada en El Peruano el 30 de noviembre de 2010, p. 29

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