domingo, 14 de abril de 2013

Tan cerca de la vida (Santiago Roncagliolo)



Tan cerca de la vida
Santiago Roncagliolo
Alfaguara, 2010

Tan cerca de la vida es un thriller de ciencia ficción cumplidor, aunque algo tramposo. Es la historia de Max, un analista de origen occidental que ha viajado a Tokio para asistir a un congreso sobre inteligencia artificial organizado por la Corporación Géminis, empresa para la cual trabaja. Desubicado y aislado en un principio, asediado por el recuerdo de su hija fallecida en un accidente del cual se está recuperando, Max será pronto ascendido en la jerarquía corporativa, lo que le permitirá descubrir el auténtico rubro de negocios a los que se dedica su empresa, al tiempo que incrementa su bagaje de conocimientos respecto a la robótica, la inteligencia artificial y a su propia existencia, lo que culmina en una trepidante y vertiginosa vuelta de tuerca narrada con brío e interés.
Lo malo es que para arribar a tan buen puerto, el lector debe antes sobrellevar una extensa relación de las vicisitudes por las que atraviesa Max mientras se adapta a la cultura japonesa, descrita en la novela como un muestrario de todos los estereotipos atribuidos a los nipones desde occidente: servicios higiénicos automatizados, costumbres sexuales exóticas e imitadores callejeros de Elvis Presley. Nada que no hayamos visto en algún episodio de Los Simpson o en la película Lost in translation, sólo que sin la gracia de Homero Simpson o de Bill Murray.
En contraste, la irrupción de Mai, una mucama de peculiares características, el desvelamiento de la verdadera naturaleza de los productos manufacturados por la corporación o las intrigas de los demás trabajadores de la empresa, son los hilos que hacen avanzar la acción en medio de una densa maraña de eventos que oscilan entre lo intrascendente y lo involuntariamente cómico.
Tal parece que el afán de dotar de verosimilitud y de una innecesaria profundidad a los personajes ha sobrepasado el planteamiento más interesante de la novela,  que gira en torno a los límites entre lo natural y lo artificial, la esencia de la naturaleza humana y la incógnita respecto al tipo de moralidad que deberá desarrollarse a medida que se incremente el trato con inteligencias artificiales.
El final, melancólico y esperanzador a un tiempo, tiene ecos de obras tan disímiles como la película Blade Runner y el libro del Génesis, y nos hace pensar cómo habría sido Tan cerca de la vida si el autor hubiera mantenido el mismo estilo desde el principio.

(Publicada en el diario El Peruano, martes 16 de noviembre de 2010, p. 30)

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